EUROPA
PRESS
7 abril
2017
Por regla general nos sentamos a comer con la sencilla intención
de llenar el estómago o de disfrutar de un momento de placer, pero nadie nos
llama la atención sobre las calorías que tiene un determinado plato o la fibra
que tiene el pan.
"Hoy
la mesa puede llegar a ser el escenario de una cruenta batalla entre la salud y
el placer (...) cuando una buena alimentación es la clave para mantener un peso
ideal, conservar una excelente salud y prevenir enfermedades". Así lo
destaca Carol Ann, autora de más de 20 libros sobre salud y nutrición, en
'Nutrición para Dummies', una guía con los últimos
descubrimientos en la materia, publicada por Planeta.
La
experta recuerda que todas las comidas contienen calorías, elementos cuya
función es producir energía, si bien alerta de que hay alimentos que contienen
lo que se conoce como 'calorías vacías', es decir, que aportan energía pero
ningún nutriente. Aquí apunta al azúcar y al etanol (el alcohol que contienen
los licores, el vino y la cerveza).
"Perder
peso es cuestión de matemáticas. Si eliminas de la dieta 3.500 calorías a la
semana, sin cambiar tu nivel de actividad, perderás casi medio kilo de grasa.
Trucos: retirar calorías poco a poco --50 de allí, 100 de aquí -- en vez de
hacerlo de una sola vez; y no de dejar de comer lo que a uno le gusta,
simplemente cambiar a la versión desnatada o con poca grasa", aconseja la
especialista. La cantidad diaria recomendada en mujeres se sitúa en torno a las
1.300 calorías, mientras que en hombres en las 1.800.
¿Por qué se engorda?
Según
avisa Ann, todas las calorías, vengan de donde vengan, aportan energía. Por
ello, si se ingiere más energía (calorías) de las que se consumen, se engorda.
Si se ingiere menos energía de la que se consume, se adelgaza. En concreto, los
niños y los adolescentes queman más energía por kilogramo que los adultos
porque constantemente están construyendo tejidos nuevos. De forma similar, un
hombre quema más energía que una mujer porque su cuerpo es más grande y tiene
más masa muscular.
Carol
Ann explica también que, incluso durante el descanso, el cuerpo sigue
trabajando. Por ejemplo, el corazón late, los pulmones se expanden y se
contraen, y los intestinos digieren la comida. "La energía que consume un
cuerpo en reposo es el gasto energético en reposo o GER, también denominado
'tasa metabólica basal', y representa entre el 60 y el 70% del consumo de
energía diario", añade.
Para la
especialista, éstas serían las diez formas de recortar calorías:
1.
Pásate a los
desnatados
Ann
reconoce que la mejor fuente de calcio es la leche y los productos lácteos, si
bien ésta contiene grasas saturadas además de colesterol y bastantes calorías
(un vaso de leche entera equivale a 150 calorías mientras que la versión
desnatada 85).
2.
Utiliza
edulcorantes
La
cucharadita de azúcar al té o al café son 15 calorías. Al tomar un par de cafés
al día, con dos cucharaditas cada uno, ya son 60 calorías. Sin embargo, indica
que los edulcorantes no tienen ni una sola caloría.
3.
Estofado mejor que
barbacoa
Las
carnes rojas son colesterol, grasas saturadas y un sabor delicioso. Pero hay
diferencia entre estofado de ternera y unas chuletas de cerdo a la parrilla. Si
se deja enfriar ese estofado antes de comer se podrá quitar una fina capa de
grasa que equivale a 100 calorías menos en la comida.
4.
Elige postres bajos
en calorías
La
experta pone de ejemplo que media taza de helado de Häagen-Dazs de chocolate son 260 calorías, mientras que el sorbete
de chocolate de esa misma marca son 130 calorías.
5.
Pela el pollo
Las
aves acumulan casi toda la grasa bajo la piel. Una pechuga de pollo con piel y
frita son 217 calorías, mientras que sin piel 160. Medio pato asado con la piel
son 1.287 calorías y sin ella, 444.
6.
Modifica los aliños
Aunque
el aceite de oliva es un manjar, contiene muchas calorías. Utiliza menos aceite
de oliva, o pásate a las hierbas y al zumo de limón, y estarás recortando
calorías sin apenas darte cuenta.
7.
Tostada mejor que
bocata
Una
rebanada de pan de molde puede tener de 65 a 120 calorías. La solución es
bastante sencilla: en vez de hacer un bocadillo prepara una tostada (sin
mantequilla, ni aceite) y pon encima el queso o el embutido. "Con algo tan
sencillo ya estás eliminando unas 100 calorías al día", precisa Carol Ann.
Y si se utiliza pan integral, mejor porque esa fibra extra mejorará aún más la
receta.
8.
Eliminar un
ingrediente
Prepara
una salsa de espaguetis sin aceite de oliva (una cucharada=100 calorías);
cocina los guisantes sin jamón (50-100 calorías por cada 30 gramos); en vez de
usar aceite de oliva emplea spray porque el efecto será el mismo pero la
cantidad mucho menor.
9.
Aliña las verduras
En vez
de bañar las verduras en mantequilla o aceite para darles sabor utiliza hierbas
aromáticas y especias. Por cada cucharada de aceite y mantequilla que se ahorra
se recortan 100 calorías.
10.
Lava la carne
picada
Llena
un cazo de agua y ponlo al fuego. Mientras el agua llega al punto de ebullición
fríe la carne picada hasta que la carne coja color. Cuando esté hecha elimina
la grasa de la sartén con una cuchara y pon la carne en un colador o escurridor
y vierte un vaso de agua caliente por encima, y otro más. Cada cucharada de
grasa que se quita son 100 calorías menos (y colesterol y grasas saturadas).
"Las
calorías no son tus enemigas. Al contrario, te dan la energía que necesitas
para llevar una vida saludable. El truco es controlarlas y no dejar que ellas
te controlen a ti. Cuando sabes cuánta energía te aporta un alimento en
concreto puedes planear tu dieta comiendo justamente lo que gastas, y
viceversa. Si lo consigues, tu cuerpo te dirá 'gracias' cada día",
sentencia la experta.